martes, 8 de enero de 2008

CAROLINA DÍAZ V.

CAROLINA DIAZ V.
ORIENTADORA FAMILIAR

Hola Queridos Lectores, espero que este blog les ayude en su ardua tarea de amor y generosidad que es la FAMILIA.

Muchos de nosotros, a veces, nos sentimos desorientados como persona, como padres, como pareja y, no sabemos que hacer frente a diversas situaciones de la vida, más ahora, existe la Orientación Familiar que a traves de educación y algunas técnicas psicoeducativas espirituales, pueden ayudar a sobrellevar problemas personales y/o familiares. Es por esto, que en este blog pueden encontrar información de diversas tematicas personales, matrimoniales, familiares, etc.

Espero que les sirva en gran manera, y la recomiende a personas que usted crea que necesite este tipo de ayuda.

Etapas de la pareja y sus crisis

Generalmente nos imaginamos a la pareja (en una relación estable o matrimonio) como algo estático... se casaron y vivieron felices hasta el fin de sus díasí como terminan los cuentos infantiles. Pero, en realidad, el matrimonio o pareja (me referiré indistintamente a ambos conceptos a lo largo del artículo) no es un estado, sino un proceso que experimenta una serie de crisis normales y que la lucha para superarlas es lo que mantiene vivo a la pareja o matrimonio.
El matrimonio abarca prácticamente toda la edad adulta, y la experiencia demuestra que también hay fases en la vida de una pareja en la que existe mayor propensión a que surja una crisis

Las etapas de la historia de la pareja las hemos dividido en: el noviazgo o formación de la pareja, los primeros años de convivencia con o sin hijos, pareja en la mitad de la vida y la pareja anciana.


Noviazgo, formación de la pareja

Elegir a un compañero se convierte en una decisión contra toda otra posible pareja y, a causa de esa exclusividad, la misma puede resultar difícil. La exclusividad de la pareja no sólo es respecto a los demás compañeros, amigos, etc, sino también respecto a la familia de origen, de la cual cada uno proviene.

Cuando dos personas se han elegido mutuamente como pareja y se acepta la vida en común, se van construyendo un hogar propio, se crea una familia y marchan en una misma dirección. Estas tareas proporcionan a la pareja una cierta estabilidad ante las dificultades futuras.

Esta fase suele estar llena de dudas y temores, como; miedo a separarse de su casa, a entregarse a un compañero, a la atadura, obligaciones y responsabilidades, miedo a tener que renunciar a sí mismo en pro de la pareja, miedo a fallar a una tarea común o en el aspecto sexual. Por eso en ocasiones, no suele ser raro que en la época que precede a un compromiso serio de la pareja se den depresiones, reacciones de huida, estados de angustia, confusión de identidad, etc.

Primeros años de convivencia

Es la fase más activa de la pareja, ya que intentan afirmar su identidad en la sociedad y adoptan decisiones que les va dando una forma definida como tal. Organizan su propio hogar, con sus estilos, se influyen mutuamente se forma un díada frente al exterior.

El encontrar se propio estilo de vida es un proceso de discusión intensiva, no sólo respecto a valores y normas, sino también en cuanto a responsabilidades, reparto de tareas, distribución del trabajo y tiempo libre, relaciones sociales y familiares, empleo del dinero, etc. La convivencia exige tomas de decisión y posición respecto a todos los campos de la vida humana. La búsqueda en común de soluciones propias alcanza en esta fase una intensidad especial y puede ser extraordinariamente provechosa para la formación de identidad de la pareja.

La etapa de luna de miel dura entre 9 meses y un año más o menos, al principio de la convivencia . Durante ese tiempo todo es nuevo y ambos disfrutan de la novedad, las compras son divertidas y lo estrenan todo. Luego comienzan a surgir los diferentes puntos de vista y las dificultades de la convivencia.

Por otro lado, en esas discusiones de formación de la pareja uno puede tener miedo a creer cuando ha sido derrotado en una discusión, creer que es para toda la vida, y se afirma duramente, pues de lo contrario será oprimido por el otro, no puede ceder porque se le calificaría de débil, y así se puede originar una lucha por el poder matrimonial. Pero también puede existir el peligro de entregarse rápidamente en las discusiones a fin de que no surja nada disgregador.
Otro foco importante de problemas, es el que surge de la nueva relación con la familia de origen, en particular con los padres. Por miedo o sentimiento de culpabilidad, algunos no consiguen poner un límite ante sus padres, de modo que éstos se inmiscuyen aprovechando las oportunidades que se les presentan. Se llega a la lucha por la posesión entre los padres y un miembro de la pareja, a una lucha por la dependencia y la separación.

Cuando el matrimonio tiene hijos, aparece una situación fundamentalmente nueva. Al papel o rol de cónyuge, se le añade el de padre y/o madre. Se produce un profundo cambio en la pareja; ya no están tanto tiempo solos, ni tan pendientes el uno del otro. Se va dejando espacio a los hijos.
Si cuando el niño cumple 2 años la pareja no ha sabido negociar quién se hace cargo de cada tarea y no ha encontrado el modo de poder mantener la viva la relación, comienzan a aparecer los conflictos. Con la llegada del segundo hijo, se agravan los problemas descritos anteriormente.
En muchas ocasiones, a pesar de todos los esfuerzos modernos por la igualdad, es la madre la que se suele encontrar en inferioridad de condiciones para su desarrollo profesional, a consecuencia del embarazo, el cuidado del lactante, puede surgir en la mujer un fuerte sentimiento de rivalidad frente al los privilegios del papel masculino.


La pareja en la mitad de la vida

En estos años la situación cambia radicalmente. En la fase anterior la pareja vive para un futuro próximo, que ahora ya se ha fijado en el estatus social y económico de la familia, apenas queda ya algún objetivo exterior por lo que se esfuerce la pareja. Los hijos ya no precisan la presencia de ambos padres para su desarrollo, son más independientes y les necesitan menos, y la pareja vuelve a reencontrarse. Se suelen presentar dudas sobre si uno había imaginado la vida como ha resultado ser.

Los hijos se independizan y abandonan el hogar. La pareja recupera la intimidad y si no maneja ciertas habilidades se manifestarán los problemas de convivencia latentes.

En esta fase, algunos entran en relaciones extramatrimoniales, y otros pretenden divorciarse. Esperan escapar así de la firme identidad impuesta por sus parejas, o quisieran intentar nuevas posibilidades de la vida, etc.

En varios aspectos, esta fase suele ser más dura para la mujer que para el hombre. Va viendo como los hijos van creciendo, y no ve antes si ninguna tarea que valga la pena, ya que aunque intente de nuevo dedicarse más a una actividad profesional, suele tener más carácter de empleo; que a diferencia del marido lleva ejerciendo su carrera profesional durante muchos años. Además se añade el envejecimiento de la mujer y la menopausia.

La crisis de estos años suele ser decisiva para la madurez. La tolerancia madura y la sabiduría que este procesote conciliación lleva consigo vuelven a dar valor a la historia común de muchos años.


La vejez

Para muchos el punto de inflexión suele ser la jubilación. Van muriendo los antiguos amigos y conocidos, y cambia el mundo con el que se estaba familiarizando. La pareja se une más estrechamente, dependen cada vez más uno del otro. Pero esto a su vez también puede crear nuevos problemas. Cada uno intenta hacer al otro dependiente y, al mismo tiempo, quiere conservar su propia independencia.

Se llega a discusiones violentas, esta pequeña guerra hace que se ponga en juego las pocas fuerzas que le quedan, y no pocas veces se aísla la pareja ante el ambiente hostil, se atrincheran en su vivienda, y las desilusiones les van consumiendo.

La muerte de uno de los cónyuges es especialmente triste, ya que no solo debe superar la muerte de la pareja sino también entregarse a la dependencia de otra persona, a veces extraña.


Conclusiones

En esta presentación, en las fases del matrimonio, se dan muchos casos que no concuerdan con este boceto. Hay que pensar en especial, que la tercera parte de los matrimonios se divorcian y en que algunos matrimonios no tienen hijos y no se pueden ver reflejados en este artículo.
Esta presentación indica meramente que el matrimonio es un drama en varios actos, lleno de tensión, felicidad, desgracia, plenitud de esperanzas. Cada fase de la vida y del matrimonio crea nuevas condiciones interiores y exteriores a las que uno se va adaptando. Algunos viven estas crisis como enriquecimiento, en cambio, para otros resulta superiores a sus fuerzas.

PROBLEMAS DE PAREJA

"... Luis y María iniciaron la vida en pareja con unas expectativas, ilusiones, y con la idea que habían encontrado, cada uno en el otro, al compañero/a ideal. Ha pasado el tiempo y ambos perciben cierta insatisfacción. Hay aspectos que ya no funcionan, cada vez son más frecuentes las discusiones. Las críticas y reproches aumentan su distanciamiento, siendo cada vez más difícil llegar a acuerdos y entendimientos. La espiral de confrontación se ha agravado con la inclusión de terceros (hijos/as, familias de origen, amigos, compañeros, etc?) que van tomando partido, extendiendo el conflicto a límites ya no controlables por la pareja"


Creencias Falsas más frecuentes en la relación de Pareja

. Nuestro amor se mantendrá para siempre con el paso del tiempo
. Mi pareja deberá ser capaz de anticipar mis pensamientos, mis sentimientos y mis necesidades
. Mi pareja no herirá nunca mis sentimientos ni me replicará encolerizado/a
. Si me quisieras de verdad, te esforzarías siempre por agradarme (Por satisfacer mis deseos y necesidades)
. Amar significa no tener que estar nunca enfadado ni disgustado con mi pareja
. Amar significa querer estas siempre juntos
. Los intereses, objetivos, y valores de cada uno serán siempre los mismos
. Mi pareja será siempre abierta, directa y honesta conmigo
. Como estamos enamorados, mi pareja me respetará, comprenderá y aceptará independientemente del tipo de conductas que yo lleve a cabo
. Sería terrible si mi pareja me pusiera en un aprieto, me minusvalorase o me criticase
. El grado de sexo, cariño y compromiso presente en nuestra relación no debe disminuir nunca
. Debemos estar siempre de acuerdo en cualquier tipo de asunto

Todas estas creencias falsas y metas poco realistas, llevan con frecuencia a las parejas a la desilusión, al desengaño, a la frustración y a la ira, en definitiva a una relación insatisfactoria para ambos. Uno de los objetivos de la terapia consiste en relativizar, clarificar estos conceptos poco realistas y destructivos.


Factores que dan origen o mantienen el conflicto Pareja

Según los indicadores sociales del INE (Instituto Nacional de Estadística), obtenidos a través de diversos estudios entre los que destaca el publicado en el año 1998, el 18% de los matrimonios sucumben a las crisis y acaban divorciándose en nuestro país. Llegados a este punto ya se han enumerado algunos de los problemas que con mayor frecuencia provocan las desavenencias conyugales, pero veamos cuales son los más habituales:
Los aspectos funcionales
. Dedicar demasiado tiempo al trabajo. Si la pareja no encuentra un espacio de tiempo para el ocio, para inventar nuevas formas de diversión para cada etapa de la vida, para compartir sus experiencias, etc. la relación se vuelve más vulnerable. Es más importante la calidad del tiempo compartido que la cantidad.
. El reparto de las tareas del hogar. La falta de implicación por parte del hombre se traduce como el poco apoyo de él hacia ella.
. Diferencias en el estatus laboral. Los hombres no suelen aceptar bien que su pareja tenga un nivel económico y profesional superior al suyo.
. Los problemas económicos. No es tan importante cuánto dinero se tiene sino en qué se gasta. Es decir, si las dos personas están de acuerdo en cómo administrar su economía.
. Las familias políticas. No saber poner límites a la familia de origen o mantener una relación descompensada con una de las familias puede originar graves desencuentros.
. Problemas de salud (físicos o mentales) , adicciones (drogas, alcohol, ludopatía, etc). Pese a la gravedad que enfermedades como la depresión o las adicciones puedan interferir en las relaciones de pareja, no suelen ser los determinantes más habituales de las rupturas.


Problemas de convivencia

Suelen ponerse de manifiesto en vacaciones. La cercanía es como una lente de aumento, pone todo en evidencia. Si lo que hay entre dos personas es positivo, también aflora.

. Falta de comunicación o falta de entendimiento. Es a la vez causa y efecto de una mala relación de pareja.
. Problemas sexuales. Las relaciones sexuales son la expresión de la intimidad. Los problemas sexuales pueden ser el origen del conflicto, por ejemplo una disfunción como la expresión de una relación negativa, es decir, la consecuencia de una mala relación.
. La infidelidad. El descubrimiento de que existe otra relación amorosa desencadena una crisis en la pareja.
. La violencia doméstica. Es fuente de muy graves conflictos familiares y de pareja.
. Crisis vitales a lo largo de la propia historia de la pareja.


La terapia Pareja

Objetivos de la terapia de pareja:

. Resolver y superar las diferencias y problemas de relación que impiden a la pareja proseguir la vida en común.
. Conseguir una convivencia más positiva y mutuamente satisfactoria y reforzante.
Intervención en la terapia de pareja
. Reconducir el conflicto al ámbito de la pareja.
. Aprender a comunicar verbalmente las dificultades que afectan a la convivencia y luego negociarlas, llegando a acuerdos sobre las mismas.
. Revisar y ajustar los valores y formas de pensar, las posiciones de poder, para poder establecer pautas de relación mejores.


Consejos para mejorar una relación de Pareja

Uno de los secretos para mantener una buena relación es que las dos personas que integran la pareja sepan hacerse mutuamente la existencia más agradable. Existen una serie de pautas sencillas que fomentan una relación más positiva y viva:

. Las parejas que se llevan bien son las que son capaces de reducir el conflicto mutuo. Los mecanismos son muy variados y pueden basarse en el humor, en restar importancia a ciertos asuntos, etc. Hay parejas estables que se pelean mucho pero que duran porque saben responder con ciertos mecanismos de reducción de conflictos.
. Una relación tiene mucho de intercambio, por ello es muy importante saber negociar. Todo acaba sopesándose, desde el cariño que cada uno da al otro hasta el dinero que gana. Cultivar la amistad con aquella persona con quien se convive facilita la solución de los problemas que van surgiendo de la convivencia y se fortalece de la relación. Buscar momentos para poder celebrar fechas especiales en la pareja, desde el aniversario de boda hasta la superación de momentos complicados en la propia historia.
. Sorprender a la pareja con algo agradable, sencillo que sea significativo dentro de su relación, por ejemplo hacer algo por el otro dentro de la rutina diaria, preparar algún pequeño evento.
. Intercambiar conductas agradables, para dar mayor satisfacción a la relación de pareja. No olvidarse de los pequeños detalles; como un beso, un abrazo al levantarse o al despedirse diariamente, buscar tiempo para estar solos sin los niños, decir al otro qué cosas agradables hace el otro, etc. Un aspecto importante es la relación sexual dentro de la pareja. Lo que se persigue es que el aumento de la carga positiva reduzca los intercambios negativos a medio plazo.
. Saber comunicar al otro lo que queremos trasmitirle, y ser responsable de aquello que se dice, tanto lo que nos gusta del otro como lo que nos disgusta. De esta manera el otro irá conociendo a su pareja para poder compartir sentimientos, anticiparse a sus gustos necesidades, creando símbolos, situaciones, lugares, etc que su presencia o recuerdos elicite sentimientos positivos.
. El otro debe conocer todo aquello que queramos comunicarle. El manejo de ciertas habilidades comunicativas debe asegurar que el receptor asimile el mensaje, por ejemplo, el hablante se expresa en primera persona sin culpabilizar, siendo conciso y concreto, y el oyente escucha sin emitir juicios reflejando los sentimientos del otro. Esto implica que hay que asumir la responsabilidad de lo que se dice.

FAMILIAS RECONSTITUIDAS

Estas familias las componen dos adultos que forman una nueva familia en la cual, al menos uno de ellos, trae un hijo fruto de una relación anterior. El padre/madre biológico ausente (fuera del hogar o en la memoria) tiene los derechos legales y emocionales sobre sus hijos, y el compañero/a de la familia reconstituida han de tener un papel complementario, pero no sustituto del padre/madre biológico, además de definido y aceptado por los demás.

Diferencias con la familia nuclear

Existen una serie de diferencias con la familia tradicional (padre-madre e hijos), según Visher y Visher (1993):
- Los adultos y los niños se unen en diferentes momentos evolutivos.
- Tienen modelos diferentes en relación a la familia.
- Los vínculos padres-hijos preceden a la pareja.
- Existe un padre/madre biológico fuera del hogar o en la memoria.
- En muchos casos existen hijos que tienen dos hogares.
- Si intentan ser una familia nuclear clásica, los hijos rechazan que el padrastro/madrastra suplante al padre/madre.


Tipos de familias reconstituidas (Krahenbuhl, 1989)

1. Con madrastra: es la que el padre vive con sus hijos y se une a otra mujer. En este caso la imagen de la madrastra mala que no quiere a los pobres niños puede estar presente como realidad preconcebida, sobrevolar como un fantasma temido al inicio de esta relación, especialmente cuando los niños son huérfanos. Para combatir esa imagen, se puede caer en la necesidad compulsiva de que la madrastra ame desde el primer momento a sus hijastros, provocando un sentimiento de culpa por no poder sentir lo que siente y la incomprensión del marido y del resto de los familiares que le exigen, muchas veces sin decirlo, que sea como la madre de los niños a la vez que están todos convencidos de que nunca podrá serlo, ni lo desean. Si la madre biológica vive, el que no se quede con los niños puede deberse a algún problema, no siendo infrecuentes el maltrato infantil, enfermedad mental o adicción. En este caso la competencia con la madrastra y el conflicto de lealtad en los hijos será la regla.

2. Con padrastro: es la más frecuente, ya sea por divorcio o por viudedad. La adaptación suele ser más fácil porque el hombre, si trabaja, está menos tiempo en el hogar y porque generalmente la madre atraviesa dos tipos de problemas, también típicos de las familias monoparentales; el económico y de disciplina. El padrastro puede aparecer como salvador de la familia, aunque los problemas de lealtad en los hijos y las rivalidades si el padre biológico también vive estarán presentes.

3. Con padrastro y madrastra: cada miembro de la pareja trae sus propios hijos a la familia, y quedan fuera dos padres biológicos. El choque de ideologías y estilos educativos y las diferencias entre hijos propios y ajenos son escollos habituales.

4. Con hijos comunes: en cualquiera de los otros tipos la nueva pareja tiene un hijo. El tener ese hijo puede estar motivado por el deseo de ser una familia nuclear normal o simplemente por querer tener un hijo juntos; si en la relación anterior fracasó, puede estar presente la fantasía de que ese hijo será diferente porque se quieren, lo mismo que será diferente la historia de su relación. Las diferencias entre hijos e hijastros pueden ser bastante dramáticas, aunque como dice Serrano (1986) puede actuar como aglutinante familiar si los hijastros son adolescentes.


La formación de la nueva familia

Comienza con la ruptura del primer matrimonio, ya sea por divorcio, separación o muerte, y requiere en primer lugar la elaboración del duelo de esa pérdida (Espina, 1991) para lo cual hace falta un año o más, y la disolución completa de la relación con el ex-cónyuge, lo cual, puede llevar de 2 a 4 años. Es necesario aceptar la realidad de la ruptura, estabilizar el divorcio, resolver la ira y la culpa, desarrollar nuevos roles y responsabilidades y modificar la relación con el ex-esposo.
La mayoría de las segundas nupcias no son tan románticas como las primeras y están marcadas por razones prácticas, como la crianza de los hijos, la soledad, las necesidades económicas, de afecto y sexuales; si están presididas por el impulso son frecuentes los fracasos, donde muchas nuevas parejas acaban en divorcio. El nuevo matrimonio o unión repercute también en la familia extensa, los abuelos pueden ganar o perder nietos, yernos y nueras, y ello obliga a una reorganización más amplia en la que se reelabora el pasado haciéndolo parte del presente e integrando las nuevas experiencias.

Es importante, en la fase de creación de la nueva familia (Espina, 1994), que la pareja acuerde qué es lo que quieren para ellos y qué para los niños, y planifiquen un acercamiento progresivo. Es preferible que primero se desarrolle una relación positiva con los niños, dejando claro que se hacen cargo de las dificultades que este cambio entraña, y después centrarse en la nueva organización familiar.

En el caso de familias reconstituidas con padrastro, los hijos menores de 11 años prefieren reconstruir la familia nuclear, deseando que el padrastro haga de padre, mientras que para los mayores de 11 años éste puede ser un amigo si se supera la rivalidad. El conflicto de lealtad hacia el padre ausente (aunque haya muerto) puede llevarles a boicotear la nueva pareja y debe abordarse elaborando el duelo; y si el padre vive, intentando una colaboración entre padres biológicos y padrastro para el cuidado de los hijos. Es conveniente que los hijos y el padre ausente conozcan previamente a la nueva pareja para ir llegando acuerdos.

En cuanto a la nueva pareja, es de una importancia crucial fortalecer sus vínculos y no permitir que las ruidosas necesidades de los hijos ahoguen la intimidad de nuevo matrimonio. Por ellos es importante crear en torno a la pareja un límite que proteja su intimidad, y darle tiempo para elaborar su relación.Toda nueva pareja necesita pasar sola cierto tiempo dedicado al afecto. Para que una nueva pareja dé resultado, hay que hacer lo mismo que con cualquier otra actividad: dedicarle horas.


Dificultades y problemas

Los problemas más frecuentes son:

1. Intromisión de cónyuges anteriores: los hijos, la pensión y los suegros suelen ser puntos de unión entre los ex-cónyuges y, muchas veces, favorecen la continuidad de viejas rencillas y manejos. Los antiguos esposos no pueden ser ni amigos, ni pelearse con auténtica libertad, tienen que mantener una distancia cauta.

2. Amenazas de no continuar la relación marital: como uno o los dos ya han pasado por la experiencia de la separación, es una posibilidad más real y amenazadora ante cualquier discrepancia.

3. Discusiones económicas: después de la primera experiencia, con todos los problemas económicos que acarrea, es frecuente que la pareja desee mantener las cuentas separadas por lo que pueda pasar; el tema de los subsidios del ex-cónyuge suele ser tema de conflicto, sobre todo cuando éste no paga lo que debe (que suele ser frecuente), y el nuevo cónyuge no desea hacerse cargo de las necesidades de unos hijos que no son suyos. Si la pensión es pagada, o uno de los cónyuges es viudo y cobra una pensión, puede ser un factor que les lleve a no casarse y a exponerse al rechazo de los familiares.

4. Entradas y salidas de los hijos: si existen dos hogares, los hijos (sobre todo, los adolescentes) pueden chantajear con irse al otro hogar si no se les deja hacer lo que desean. Resulta frecuente, que los hijos se conviertan en los informadores, para ambos padres, de lo que hace el otro.

5. Autoridad diferente para cada hijo: si tienen hijos propios de antes del nuevo matrimonio, cada uno tenderá a aplicar la autoridad a su manera con sus hijos, dándose diferencias que dificultarán la integración de los hermanastros.

6. Boicot de los hijos al la nueva pareja: si desean expulsar al extraño, éste puede ponerse autoritario o agresivo y el progenitor acabará poniéndose del lado de sus hijos abriéndose una brecha en la pareja.

7. Celos del progenitor ausente hacia la relación de sus hijos con el nuevo cónyuge: el padre custodio puede ver la amistad del(los) hijo(s) con el otro padre como una deslealtad hacia él/ella y reaccionar en consecuencia.

8. Pérdida de las barreras o límites sexuales: entre padrastro e hijastros, y entre hermanastros.

9. Diferentes relaciones de los abuelos con diferentes tipos de nietos: es posible que hagan más distinciones que las que ya hacen los padres acentuando la situación de la desigualdad, favoreciendo a sus herederos y ver a los otros como intrusos, sobre todo si rechazan al nuevo cónyuge.

10. El mito de la familia instantánea (Colapinto, 1987): estas familias marchan a distintas velocidades, generalmente, los hijos van más lentos que los padres en la constitución de sus relaciones mutuas y con el nuevo padre/madre. Se debe a que con frecuencia, los padres han ido creando su vínculo sin que los hijos de ambos tuvieran una conciencia clara de la importancia de la nueva relación, y un día se encuentran que tiene un padre/madre nuevo al que deben cierto reconocimiento, amor, respeto, etc. Una de as formar de sincronizar los tiempos es que los hijos sean partícipes de la historia de cómo se llegó a la nueva pareja.

11. Cambios estructurales en las relaciones de las dos familias: los hijos sufren la pérdida de la relación privilegiada que previamente tenían con sus padres biológicos y ahora tienen que compartirlo no sólo con otro adulto, sino también con otros hermanos, en el caso que los haya.


El trabajo con familias reconstituidas en Terapia Familiar

El tipo de realidad familiares, cuanto menos, peculiar y hace que los problemas puedan ser potencialmente más serios y desde luego más complicados.

Los objetivos terapéuticos son:

- Facilitar el paso de la cultura familiar anterior a la nueva etapa de familia reconstituida.
- Ir creando el sentido de pertenencia a una nueva familia
- Asentar la nueva relación de pareja, después de un divorcio, separación, muerte o etapa de soltería.
- Mantener las relaciones anteriores entre progenitor ausente e hijos/as (en los casos que sea posible).
- Desarrollar las nuevas relaciones entre padrastros-hijastros y hermanastros.
- Fomentar relaciones fluidas y cooperativas entre familias biológicas y reconstituidas.
- En el caso de familia reconstituida con padrastro, reafirmar la capacidad de la madre de gobernar a sus hijos, sin ser rescatada por su nuevo marido.
- Ayudar a los hijos a tener y expresar la diferente gama de sentimientos que les provocan los padres biológicos y los padrastros.

Ventajas de las familias reconstituidas

Después de tantos problemas, es bueno señalar los aspectos positivos, pues sino podríamos caer e una visión catastrófica de estas familias que nos lleve a pensar que son altamente problemáticas.

Se puede resaltar como positivo, en las familias reconstituidas la flexibilidad, creatividad y tolerancia hacen de la familia un lugar rico de intercambio y experimentación de nuevas formar de relacionarse, y el ejercicio de roles menos enquistados que los tradicionales. El experimentar que las relaciones no son eternas ni ideales, les da una actitud más tolerante hacia la vida.

jueves, 3 de enero de 2008

EL HIJO DE PADRES SEPARADOS

Dado el elevado número de separaciones entre parejas que se producen hoy en día, son muchos los niños afectados por esta situación. Esta situación ha dejado de ser excepcional para pasar a ser bastante habitual. Además del shock emocional para los padres que supone una ruptura sentimental, éstos cargan con el miedo de cómo toda esa situación repercutirá en sus hijos.

Las consecuencias que sufre el hijo de padres separados estará más relacionado:
- con las desaveniencias familiares previas y asociadas a la separación
- y con el papel que hacen jugar al niño en la separación más que con la propia separación.
- Esto, junto con la edad y la madurez del propio niño condicionarán la forma cómo esta separación influirá en su desarrollo.

POSIBLES REACCIONES DEL NIÑO
- Reacción de ansiedad, e incluso angustia, durante el conflicto y tras la separación de los padres. - Suelen sentir miedo.
- Lloran a menudo y esto les tranquiliza. Hay que acompañarles en ese momento, y favorecer esa expresión del dolor que sienten.
- Insisten una y otra vez en el deseo de que los padres vuelvan a estar juntos. Hasta que no aceptan que esto no es posible, se muestran muy tristes e infelices. Acabarán aceptando que esto no es más que una fantasía.
- Algunos se acuerdan del otro progenitor, cuando el que está con ellos les regaña; y desean tanto estar con el otro, que incluso pueden llegar a pensar en escaparse de casa. Llegan a idealizar más al otro progenitor, al ausente, pues sólo recuerda los buenos ratos pasados con éste.
- Probablemente, aparezcan trastornos en el sueño y en la alimentación

COMO INFLUYE LA EDAD Y MADUREZ DEL NIÑO

- Cuanto más pequeño es el niño, dispone de menos mecanismos para elaborar lo que está pasando.
- En consecuencia ,suelen aparecer manifestaciones de ello a través del cuerpo: molestias abdominales, vómitos, dolores de cabeza, etc.
- Cuando el niño es algo mayor puede sentirse la causa de dicha separación y, por tanto, sentir gran culpabilidad.
- Suelen aparecer depresiones con fases más agresivas, repercusiones en el rendimiento escolar, regresiones a edades anteriores (vuelven a surgir comportamientos anteriores, de más pequeños)
- En niños ya más grandes, suele desarrollarse una hipermadurez en parte positiva, pero a la vez peligrosa que pretende sustituir al progenitor ausente.

MENSAJES CLAVES PARA RECORDAR AL NIÑO

- La decisión de separarse es exclusivamente de los padres. Ellos han tomado esta decisión porque creen que es lo mejor para todos los componentes de la familia.
- Los hijos no han tenido nada que ver en esta decisión.
- Los padres no se han separado porque el niño se haya portado mal, pues otras veces lo ha hecho y no ha ocurrido así.
- Resaltar al niño cuántas personas se preocupan por él (abuelos, amigos, profesores,...) y desean que sea feliz. Por tanto, ha de borrar ese miedo que siente a ser abandonado, a quedarse sólo. - - - Cuenta con el cariño de más personas.
- Seguirá disponiendo de ambos padres, en todos los aspectos que él precise, aunque ya no vivan juntos.
- Siempre que le preocupe algo o se sienta mal, podrá hablar con los padres; ello le hará sentirse mejor.
- Aunque los padres se hayan separado, el niño puede igualmente amar y ser amado; no tiene por qué repetirse esa situación siempre.
- Los padres demuestran su amor de muy diversas maneras. Pero puedes sentir que tus padres te siguen queriendo si intentan estar contigo todo el tiempo que pueden, si te ayudan cuando lo necesitas y si te escuchan.

MENSAJES CLAVES PARA LOS PADRES

- No caer en la sobreprotección del hijo por pena; se le ha de seguir tratando como a un niño "normal" de su edad. Si no "no le ayudaremos a crecer", acabará comportándose de forma inmadura y más infantil de lo que le corresponde.
- Todas las personas tienen virtudes y defectos; también los padres.
- Hablar con el niño del otro progenitor con argumentos reales, sin caer en la ficción.
- Es preferible que, los días de encuentro, no se llenen excesivamente con actividades, pues si se ocupa el tiempo en hacer demasiadas cosas, no hay tiempo para charlar, comunicarse,...
- Los puntos más conflictivos de los padres tras la separación suelen ser: los hijos, el dinero y las nuevas relaciones. Intente ser objetivo y no intentar poner al hijo de su parte. Hay que intentar solucionar estas cuestiones, sin involucrar a los hijos.
- Es preferible para los niños, que vuelva a constituirse una familia compuesta por hombre y mujer, aunque uno de ellos no sea el verdadero progenitor; ello reparará los vínculos dañados, aunque requerirá tiempo la aceptación de esa nueva situación por parte de todos.

RÍA QUE ES MEJOR

Cuántas veces hemos escuchado que la risa ayuda a curar enfermedades, contagia al resto con vibras positivas y además evita que nuestro rostro se marque con las líneas de la amargura. ¿Quieres saber una cosa?... es cierto. No hay nada mejor que reír y mientras más lo hagamos más atraeremos la felicidad hacia nuestras vidas. Alguien dijo una vez que "Aquel que siempre está serio en esta vida, demuestra que no ha comprendido nada de nada". Reír es parte de tomarle sentido a nuestra existencia, por muy oscura que la veamos a veces. El que sonríe es capaz de ver la esperanza en los momentos más difíciles; es capaz de sobreponerse ante las situaciones más tensas y tiene la fortaleza suficiente para tomar las riendas de su vida en momentos en que, aparentemente, ésta no tiene control. Cuántas veces nos ha pasado que nos encontramos sumidas en la pena, el dolor o la incomprensión y nuestros seres queridos intentan sacar aunque sea una pequeña sonrisa de nuestros labios.

Y ese simple movimiento de nuestra boca puede transformar completamente nuestro rostro y abrirnos las puertas de la esperanza. Nos dan ganas de salir adelante y no dejarnos vencer por las circunstancias. En una sociedad tan consumista, hedonista y, lo que es peor, sin ideales universales es fácil caer presa del sufrimiento y la incomprensión. Nos sentimos seres ínfimos en un universo inmenso, que sin nosotros sigue tranquilamente su devenir. Pero debemos comprender que formamos parte de un todo y como tal, somos pieza fundamental de la existencia. En los momentos en que el torrente poderoso, destructivo y creador de la vida nos haga parte de su rápido avanzar no nos dejemos sumir por la incomprensión y tristeza. Así como la vida tiene momentos tristes, también los tiene muy felices. De ambos se aprende y de los dos se debería también salir más fuerte. De nosotros depende encontrar la luz en nuestro camino, saber tomarnos con humor lo que venga y, como dicen por ahí: "Si la vida no te sonríe, sonríele tú a ella".

Razones para reír

- Nos ayuda a ver la vida con más perspectiva y confianza.
- Al relativizar la importancia de todo lo que nos ocurre, podemos tener una idea más clara de la realidad.
- Favorece el análisis y discernimiento.
- Es una vía de conocimiento para acceder a la conciencia de nuestra pequeñez, pero sin renunciar a nuestros deseos de trascendencia.
- Nos hace ver más bonitas.

MUJERES SOLAS:MAMÁS A TODA PRUEBA.

Son muchas las circunstancias que llevan a una mujer a enfrentar sola la crianza de sus hijos. Las que han enviudado apenas tienen tiempo para vivir el duelo cuando ya se encuentran frente a la tarea de asumir además de sus responsabilidades de madre, el rol del padre. Las que en la mitad de la vida matrimonial se separan, también sienten la obligación de dar rápidamente vuelta la página y volver a funcionar como familia, a pesar de la pérdida de la pareja y la ausencia del papá. En el caso de las madres solteras, el dolor de no poder compartir cotidianamente las penas y alegrías del ser padres es igualmente intenso, pero se transforma luego en una carga con la que es preciso aprender a vivir.

La ausencia del padre

Según señala Patricia Fernández, psicóloga infanto-juvenil con vasta experiencia en temas de familia, existe una tendencia muy acentuada -a excepción de las mujeres que han enviudado- a que las madres traten de ‘borrar’ al padre del contexto familiar. “Hay pocas mujeres que logran separar sus conflictos y rabias y, en general, traspasan a los niños los sentimientos de frustración derivados de la relación de pareja. Es frecuente que los niños se transformen en confidentes de la mamá y reciban todas las críticas que ella hace del padre”, indica la psicóloga. Como consecuencia, hay un alto porcentaje de niños que no tienen padres funcionando no sólo por la irresponsabilidad del propio padre, sino por los efectos de la conciencia de la madre. “Las mamás deben tener claro que es muy importante la presencia del padre en la educación y formación de los niños, especialmente en los hijos varones”, explica Patricia Fernández. Si el padre está ausente de la vida del niño, es preciso proporcionarle igualmente una imagen paterna, porque eso le asegura un equilibrio emocional y la posibilidad concreta de poder, en un futuro, formar una familia. Un sustituto masculino significativo para el niño puede ser alguno de sus abuelos, un tío e incluso algún profesor y para establecer una relación entre ambos, es preciso que exista una clara disposición de ese sustituto a establecer un vínculo con el niño más allá de su parentesco o relación inicial.

Asimismo, es vital entregarle respuestas coherentes y consistentes frente a la pregunta ¿tengo papá? o ¿por qué mi papá no está conmigo?. Éstas varían dependiendo de la historia de cada madre, pero siempre, según indica Patricia Fernández, “deben entregarle al niño la certeza de que él tiene un padre, que puede estar lejos en el caso de las madres solteras o separadas, pero que en algún momento puede volver; o que está en el cielo, cuando se trata de madres que han enviudado, pero que estará siempre presente en su corazón”. Es importante evitar en el niño la fantasía de que su papá se fue porque no lo quería o que lo que sucedió entre sus padres fue su culpa. Por eso, es necesario dejarle claro que su papá lo quiere, pero que por distintos motivos no puede estar con él.

Mamás solteras

Durante la crianza, las mamás solteras se enfrentan entre el segundo y tercer año de vida de su hijo a la pregunta ¿y mi papá?. Patricia Fernández señala que a pesar que siempre deben darse al niño respuestas consistentes, “cuando el menor es pequeño, no conviene entrar en detalles porque no está preparado para entenderlos. Lo único que quiere es tener un padre y tiene derecho a pensar que él existe”. Si el padre conoce al niño y quiere participar de su educación, es recomendable que la madre lo permita, pero al mismo tiempo regule su presencia. Hay que proteger a los niños de relaciones inestables, por eso no es conveniente que el padre aparezca cuando quiera, sino que -por el beneficio del niño- participe de manera constante. Por esta misma razón, las madres deben tener especial cuidado al presentarle a sus hijos a su nueva pareja, porque de ser algo pasajero, los exponen a vivir una nueva pérdida. Asimismo, es habitual que el padre no se haga presente y en situaciones como ésta la psicóloga recomienda, “decirle al niño, por ejemplo, que su padre vive en otro lugar, porque con los años puede aparecer. De hecho, muchos padres aparecen cuando los niños son preadolescentes o cuando ya están entrando a la adultez”. Como señala la profesional, es mucho mejor que el niño tenga la ilusión de que su padre está lejos, pero que existe, a vivir con un sentimiento de abandono constante.

Sin embargo, las madres tienen que poner especial cuidado en no sobreestimular la figura del padre para no hacer crecer en el niño falsas expectativas respecto a él. “No se trata de retratar al padre ausente como Superman o decirle que cuando regrese le va a traer regalos; sino simplemente que existe y que tiene que vivir en otro lugar, pero que a pesar de eso lo quiere mucho”. La psicóloga explica que a medida que el niño crece y su pensamiento se vuelve más complejo, hay que darle más explicaciones. “Es recomendable, por ejemplo, que la madre le diga al niño: tu papá y yo nos separamos, por razones de trabajo el tuvo que irse lejos, pero quizás en algún momento escribirá”.

Mamás separadas

Patricia Fernández señala que cuando los padres se separan y el que se va de la casa se desentiende de los hijos, los niños viven la situación con un dolor muy profundo, el que comparan incluso con la sensación de que su padre hubiera muerto y se sienten desconcertados frente a su repentina ausencia. En el caso de una separación matrimonial, la psicóloga recomienda que las madres se esfuercen al máximo para lograr que el padre siga presente en la vida de los hijos. Asimismo, indica que hay casos en que ellos tratan de estar cerca de los hijos pero se encuentran con el muro de la madre. “Muchas veces los padres quieren participar, pero las madres no los dejan o supeditan la pensión alimenticia a las visitas. Pero ¿si el padre en algún momento no puede pagar, la mamá va a exponer al niño a la ruptura con su papá?. Las dos cosas no deberían estar relacionadas, porque se perjudica la estabilidad emocional del niño”, señala la psicóloga. Si después de la separación es el padre el que se olvida de los hijos, las mamás deben explicarles la situación diciendo, por ejemplo: ‘tu papá está pasando por un mal momento. Tengamos fe y esperemos, porque él te quiere y seguramente después de un tiempo va a buscarte’. En este escenario, la madre nunca debe presionar al padre para que vea a sus hijos porque si no quiere hacerlo, al niño no le va a hacer bien estar con él. No le va a transmitir amor y la madre tiene la obligación de proteger a su hijo de eso.

Mamás viudas

Cuando la causa de la ausencia del padre es la muerte, es importante que los niños tengan cerca una figura paterna que lo reemplace. De esta manera sabe que además de llevar el recuerdo de su padre en su corazón, tiene a alguien cercano a quien recurrir cuando necesite hablar de hombre a hombre o jugar y aprender cosas que no podría hacer sólo con la ayuda de su madre. En este sentido, Patricia Fernández señala que es muy importante el papel que juegan los abuelos, ya que si el niño tiene la suerte de criarse con alguno de ellos, el dolor de no tener a su padre junto a él va a ser mucho más tolerable. La psicóloga recomienda que en este caso la madre se acerque a su padre o a su suegro y le pida -explícitamente- que participe de manera activa en la educación de su hijo. Como indica la psicóloga, en la sociedad occidental se prescinde mucho de los abuelos y no se valora lo que ellos pueden entregarle a los nietos. “En general, los niños criados con sus abuelos son niños muy seguros porque han sido desde su infancia tremendamente queridos y reforzados. Lo único que quieren muchos abuelos es estar cerca de sus nietos y eso es algo que las madres que están solas y las familias en general, deben rescatar”.

La mutua felicidad

Las madres que crían solas a sus hijos y los niños que crecen sin su padre, pueden, al igual que las familias normalmente constituidas, alcanzar la felicidad. Sin embargo, esto requiere un trabajo de desarrollo personal conciente y constante por parte de las madres, las que deben estar permanentemente cuestionándose respecto a la educación de sus hijos. Muchas madres los ven como extensiones de ellas mismas, por lo tanto, les exigen cumplir con sus expectativas y, por otra parte, les resulta difícil colocar límites y hacerlos respetar normas, como una manera de compensar la ausencia del padre. Es beneficioso, que las madres tengan grupos de amigas y amigos, que realicen alguna otra actividad aparte de su trabajo y que siempre estén rodeadas de otras madres, para así comparar el desarrollo de su hijo con respecto al resto. De esta manera pueden prevenir transformarse -producto de la presión y la soledad- en madres sobreprotectoras, omnipotentes y asfixiantes, y alcanzar, tanto ellas como sus hijos, la mutua felicidad.